En los vertederos, los neumáticos tardan cientos de años en descomponerse, ocupan mucho espacio (en relación con su peso) y suponen un riesgo importante de incendio. La valorización energética de los neumáticos es prometedora, pero el trans- porte a los incineradores – frecuentemente hornos de cemento – puede resultar muy costoso. Por todas estas razones, frecuentemente los neumáticos se trituran antes de proceder a su vertido, incineración o reutilización como desechos de goma molidos. Los desechos de goma molidos se emplean cada vez más en la construcción de carreteras – asfalto de caucho o “whispering”- o como capa elástica de pistas de atletismo, canchas de tenis, etc.